MARISTAS BOYS 78

DECALOGO PARA LA EMERGENCIA

Declarar la educación en emergencia y no hacer nada ahora, aumentará el desánimo. Es cierto que superar un deterioro de casi treinta años requiere medidas de largo plazo, pero que deben empezar cuanto antes. Esbozo diez medidas urgentes:

1.- Encargar al Consejo Nacional de Educación la tarea de conducir el proceso que culmine con un Proyecto Educativo Nacional.

2.- Aprobar una nueva Ley del Profesorado que combine el estímulo a la carrera docente con el derecho de los alumnos a recibir una educación de calidad.

3.- Gestionar mayor presupuesto para el sector educación, y diseñar una adecuada manera de invertir esos recursos.

4.- Elaborar cuanto antes, y con consulta a través de la INTERNET y de eventos, el Reglamento de la Ley. No esperar los 120 días.

5.- Dar normas orientadoras para el refuerzo inmediato en las áreas de comprensión lectora, expresión oral y escrita, y razonamiento matemático.

6.- Iniciar el proceso participativo de revisión del currículo, integrando todos los niveles de la educación básica. Que culmine con un currículo nacional básico, aceptado por consenso, con vigencia de por lo menos seis años.

7.- Fortalecer las instituciones educativas regionales y locales; promover en ellas el debate pedagógico y la elaboración de propuestas educativas regionales, locales y de centros educativos.

8.- Coordinar con la Asamblea Nacional de Rectores para que los exámenes de admisión se elaboren en base al currículo nacional, y no distorsionen la secundaria con la presión por el ingreso.

9.- Revisar y reorientar los diversos programas y proyectos en curso para conjugar esfuerzos en la superación de la actual emergencia.

10.- Tomar acciones de sensibilización y presión social para convertir a los medios de comunicación en aliados de la tarea formativa.

Esto requiere dar prioridad a las acciones de la emergencia, destinando a ellas los recursos y el personal. La ciudadanía debe ver un Ministro con liderazgo que la convoca y motiva para una tarea que no es solamente de maestros y funcionarios, sino de toda la sociedad.

Juan Borea Odría