Cuando se cumplen exactamente dos meses del trágico terremoto de 7,9 en la escala de Richter que dejó dejó 595 muertos, mil 800 heridos y cientos de miles de damnificados, los sobrevivientes aún claman por ayuda humanitaria y critican la lentitud en los trabajos de reconstrucción de las zonas más afectadas por el sismo.
El fenómeno sísmico dejó, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática local (INEI), dejó 595 muertos, mil 800 heridos, 76 mil viviendas totalmente destruidas e inhabitables y cientos de miles de damnificados.
Agua, alimentos, carpas y asistencia sanitaria, son algunos de los requerimientos de los sobrevivientes del movimiento telúrico.
Y es que la ayuda que les llega, no es suficiente para paliar el hambre y la sed. Además los insumos médicos no se dan a basto para cubrir los requerimientos de los cientos de heridos que aún se encuentran en los pocos hospitales improvisados que existen.
A dos meses de la tragedia, las organizaciones de asistencia han disminuido gradualmente su ayuda de emergencia, aumentando la desesperación entre los pobladores.
El tema de la ayuda ha disminuido, existe bastante burocracia para la entrega de ayuda humanitaria", alertaron autoridades de Chincha. Los sobrevivientes de terremoto también se quejan de la lentitud que existe en los trabajos de remoción de escombros y reconstrucción.
Sin viviendas y a falta de carpas o módulos de madura para refugiarse, los pobladores han improvisado chozas con los restos de sus viviendas, plásticos y demás desechos que consiguen.
Tan sólo un par de retroexcavadoras realizan los trabajos de limpieza y nadie tiene la más mínima idea de cómo será la reconstrucción.
En su más reciente visita a las localidades más afectadas, el presidente peruano Alan García anunció la construcción de una moderna ciudad piloto en Hualcará, Cañete.
Además, muchos tienen problemas de saneamiento en sus terrenos y no poseen dinero para solucionarlos . Beto Calderón, trabajador de socorro de Oxfam International, que pasará a tareas de reconstrucción a mediados de noviembre, dijo que las promesas del gobierno dieron esperanzas irreales a las víctimas.
"Él no está haciendo nada. Solamente vino aquí preocupado por el polvo que le caía en los zapatos'', dijo el algodonero retirado Vidal Melgar. El campesino de 77 años nunca recibió una tienda de campaña, porque su casa en San Clemente sigue en pie, aunque las paredes están severamente agrietadas y amenazan con derrumbarse.
Desde el terremoto, ocurrido el pasado 15 de agosto, los pobladores de las zonas afectadas, en particular los de Chincha, aún viven temerosos debido a las réplicas que remecen la ciudad. El domingo viernes, un nuevo sismo de 4,5 en la escala de Richter, provocó pánico entre las personas.
El viernes, dos movimientos de 3,9 grados en las provincias iqueñas de Chincha y Pisco también causaron alarma.
Y es que hasta el momento se han producido más de 3 mil réplicas en la zona sur, devastada por el terremoto, la mayoría imperceptibles, según el Instituto Geofísico del Perú.
El fenómeno sísmico dejó, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática local (INEI), dejó 595 muertos, mil 800 heridos, 76 mil viviendas totalmente destruidas e inhabitables y cientos de miles de damnificados.
Agua, alimentos, carpas y asistencia sanitaria, son algunos de los requerimientos de los sobrevivientes del movimiento telúrico.
Y es que la ayuda que les llega, no es suficiente para paliar el hambre y la sed. Además los insumos médicos no se dan a basto para cubrir los requerimientos de los cientos de heridos que aún se encuentran en los pocos hospitales improvisados que existen.
A dos meses de la tragedia, las organizaciones de asistencia han disminuido gradualmente su ayuda de emergencia, aumentando la desesperación entre los pobladores.
El tema de la ayuda ha disminuido, existe bastante burocracia para la entrega de ayuda humanitaria", alertaron autoridades de Chincha. Los sobrevivientes de terremoto también se quejan de la lentitud que existe en los trabajos de remoción de escombros y reconstrucción.
Sin viviendas y a falta de carpas o módulos de madura para refugiarse, los pobladores han improvisado chozas con los restos de sus viviendas, plásticos y demás desechos que consiguen.
Tan sólo un par de retroexcavadoras realizan los trabajos de limpieza y nadie tiene la más mínima idea de cómo será la reconstrucción.
En su más reciente visita a las localidades más afectadas, el presidente peruano Alan García anunció la construcción de una moderna ciudad piloto en Hualcará, Cañete.
Además, muchos tienen problemas de saneamiento en sus terrenos y no poseen dinero para solucionarlos . Beto Calderón, trabajador de socorro de Oxfam International, que pasará a tareas de reconstrucción a mediados de noviembre, dijo que las promesas del gobierno dieron esperanzas irreales a las víctimas.
"Él no está haciendo nada. Solamente vino aquí preocupado por el polvo que le caía en los zapatos'', dijo el algodonero retirado Vidal Melgar. El campesino de 77 años nunca recibió una tienda de campaña, porque su casa en San Clemente sigue en pie, aunque las paredes están severamente agrietadas y amenazan con derrumbarse.
Desde el terremoto, ocurrido el pasado 15 de agosto, los pobladores de las zonas afectadas, en particular los de Chincha, aún viven temerosos debido a las réplicas que remecen la ciudad. El domingo viernes, un nuevo sismo de 4,5 en la escala de Richter, provocó pánico entre las personas.
El viernes, dos movimientos de 3,9 grados en las provincias iqueñas de Chincha y Pisco también causaron alarma.
Y es que hasta el momento se han producido más de 3 mil réplicas en la zona sur, devastada por el terremoto, la mayoría imperceptibles, según el Instituto Geofísico del Perú.
Es cierto que la ayuda llega pero muy lenta, con el paso de las semanas se está olvidando poco a poco de la tragedia en el país. El sur todavía necesita de nosotros. Existen entidades que están gestionando donativos y abriendo cuentas corrientes para que uno pueda depositar su donativo. Si tienes deconfianza puedes acudir a Caritas del Perú o a cualquier parroquia administrada por padres jesuitas, ellos sabrán encaminar tu ayuda. Recuerda, la tarea no ha terminado.
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