Ah, El Carmen, siempre recordado distrito de la provincia de Chincha donde predomina la raza negra con todas sus manifestaciones culturales. Se creó como distrito el 28 de agosto de 1916. Su población es eminentemente agrícola. Es el centro del folcklore de la provincia, pueblo romántico alegre, bullicioso asentado en un gran valle chinchano. Es el baluarte del género negro, ya que los primeros pobladores fueron negros de Angola y mandingas. Su patrona es la Virgen de El Carmen. En dicho pueblo destaca las noches de peña que se realizan para fiestas importantes.
Tiene una población de 8.574 habitantes de los cuales el 90% es de etnia negra. Su linda gente siempre nos dió la bienvenida sobre todo cuando visitamos hace años a la familia Ballumbrosio que nos ofrecieron un inolvidable espectáculo de música negra. Como no recordar ese trago que tiene una leyenda, La Tutuma, un licor afrodisíaco que hace que uno se olvide que es gente y se transforme en lobo(a) o en algo parecido. Hemos tenido reiteradas invitaciones para ir, y hoy en este trance que está pasando su gente estamos de vuelta. El grupo se encaminó primero a casa de nuestra amiga Mary Cruz, una morenaza que desborda mucho encanto, no solo llevamos esperanza sino que se alegraron con nuestra presencia. Luego de estar ahí un rato fuimos a seguir visitando a las amistades de por ahí cerca. Frente a la casa de Los Ballumbrosio había una familia muy amiga de Carlitos. La señora apodada "la china" nos invitó a quedarnos a almorzar, estaba preparando un descomunal arroz con pollo y olía de maravilla. Ya se había almorzado en Mamainé y no quepaba nada en el buche. Walter dijo que no era necesario y que no se molestaran, que habíamos venido nosotros a brindarles aliento y que no era justo que de lo poco que hay lo compartan. Carlos sugirió aceptar la invitación por cortesía y no causar una mala impresión ante el ofrecimiento. Se aceptó y comenzaron a desfilar los platos bien despachados. la mayoría de nosotros estaba satisfecho, inclusive Walter parecía gatito para comer y el hijo de Julían ya no quería comer más, creo que se sentía mal. Después de terminado su plato Julían se despachó el plato de Walter y no contento con eso se mandó con la ración de su hijo. Todos cruzaban las miradas al ver esa demostración de capacidad digestiva que tenía el zambo. Realmente quedó demostrado que le encanta el arroz a rabiar, "pareciera que fuera cruzado con chino" dijo Walter. Seguimos nuestro recorrido y la gente siempre linda y espontánea desprendía elogios para nosotros. Inclusive tomaron la palabra y agradecieron de forma gráfica a la delegación de nosotros que estaba con ellos y también a la empresa en donde trabaja Walter.
Tiene una población de 8.574 habitantes de los cuales el 90% es de etnia negra. Su linda gente siempre nos dió la bienvenida sobre todo cuando visitamos hace años a la familia Ballumbrosio que nos ofrecieron un inolvidable espectáculo de música negra. Como no recordar ese trago que tiene una leyenda, La Tutuma, un licor afrodisíaco que hace que uno se olvide que es gente y se transforme en lobo(a) o en algo parecido. Hemos tenido reiteradas invitaciones para ir, y hoy en este trance que está pasando su gente estamos de vuelta. El grupo se encaminó primero a casa de nuestra amiga Mary Cruz, una morenaza que desborda mucho encanto, no solo llevamos esperanza sino que se alegraron con nuestra presencia. Luego de estar ahí un rato fuimos a seguir visitando a las amistades de por ahí cerca. Frente a la casa de Los Ballumbrosio había una familia muy amiga de Carlitos. La señora apodada "la china" nos invitó a quedarnos a almorzar, estaba preparando un descomunal arroz con pollo y olía de maravilla. Ya se había almorzado en Mamainé y no quepaba nada en el buche. Walter dijo que no era necesario y que no se molestaran, que habíamos venido nosotros a brindarles aliento y que no era justo que de lo poco que hay lo compartan. Carlos sugirió aceptar la invitación por cortesía y no causar una mala impresión ante el ofrecimiento. Se aceptó y comenzaron a desfilar los platos bien despachados. la mayoría de nosotros estaba satisfecho, inclusive Walter parecía gatito para comer y el hijo de Julían ya no quería comer más, creo que se sentía mal. Después de terminado su plato Julían se despachó el plato de Walter y no contento con eso se mandó con la ración de su hijo. Todos cruzaban las miradas al ver esa demostración de capacidad digestiva que tenía el zambo. Realmente quedó demostrado que le encanta el arroz a rabiar, "pareciera que fuera cruzado con chino" dijo Walter. Seguimos nuestro recorrido y la gente siempre linda y espontánea desprendía elogios para nosotros. Inclusive tomaron la palabra y agradecieron de forma gráfica a la delegación de nosotros que estaba con ellos y también a la empresa en donde trabaja Walter.
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