
LÍDERES AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD

Líder es la persona que anima a otras, que las orienta, que les contagia entusiasmo, que las conduce hacia una meta. El liderazgo no se reclama, no se proclama; se consigue en base a la labor que ayuda al grupo, en base a la autoridad moral. Para ser líder hay que ganar la aceptación, que los demás reconozcan que esa conducción es adecuada y provechosa para todos. El líder no es una persona perfecta; tiene limitaciones y defectos; pero para la tarea en la cual se requiere su liderazgo es la persona más adecuada, aún cuando en otras situaciones deje mucho que desear.
Sin embargo es necesario tener claro el concepto de liderazgo que propugnamos, para evitar confusiones que confundan o desanimen. Se suele caer en el error de identificar un tipo de liderazgo, el carismático, con el liderazgo en sí. El carismático, esa persona que se para ante mucha gente, que habla fuerte y con convicción, que tiende a imponer sus argumentos y arrastrar hacia un objetivo, es tan sólo uno entre muchos posibles liderazgos, pero no es el único. Es más: un grupo con demasiados líderes carismáticos se convertiría en un caos y no podrá avanzar hacia sus metas, por los conflictos que tantos carismáticos generarían.

Es importante también el saber que una persona no puede ser líder siempre; si intentase serlo, acabaría neurótica. Cuando se está ejerciendo liderazgo, hay una exigencia de concentración, tensión, preocupación, desgaste, que no puede mantenerse constantemente. Hay que saber dejar paso a otros liderazgos, y aprender a descansar.
Cuando hemos compartido las aulas en el Maristas, intentamos que cada uno de ustedes fuese líder en algo, cada cual en lo suyo. Por eso teníamos tantas actividades. Ahora, ya adultos, debemos seguir desarrollando nuestros liderazgos y tratar de despertar los que son de nuestros hijos.
Juan Borea Odría
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