
UN IMITADOR POR EXCELENCIA

Un día era la hora de historia con Juan Borea, éste todavía no llegaba, apenas entramos, el Loco se dirigió caminando como Juan y se detuvo frente al pizarrón y dijo:
"Haberrr...muchachosss vamos a empezar la clase dando una oración:
En el nombre del Padre...del Hijo...y del Espíritu Santo”, para esto al llegar a decir lo último se santiguó agarrándose las pelotas y en tono burlón se prestó unos anteojos, se rascó los ojos con él, y se tiró un chanchazo (erupto) que retumbó todo el salón. Esos mismos gestos y ademanes lo hacía Juan Borea.
En el nombre del Padre...del Hijo...y del Espíritu Santo”, para esto al llegar a decir lo último se santiguó agarrándose las pelotas y en tono burlón se prestó unos anteojos, se rascó los ojos con él, y se tiró un chanchazo (erupto) que retumbó todo el salón. Esos mismos gestos y ademanes lo hacía Juan Borea.

Como lo he dicho en reiteradas ocasiones, Rubén Solórzano tiene ese don de caer bien donde esté. Esa gracia despertaba y despierta mucha simpatía para el que lo conoce. En tiempos de escolar, su chispa llegaba a niveles insospechados y salía con cada ocurrencia que ha veces los profesores no podían contener una sonrisa....
Paco Cárdenas Linares
No hay comentarios:
Publicar un comentario
NO TE OLVIDES DE DEJAR TU COMENTARIO