UNA SENTENCIA QUE HACE HISTORIA
Luego de dieciséis años de la matanza de un profesor y varios estudiantes de la Universidad La Cantuta, la justicia emitió un fallo condenando al entonces Jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) Julio Salazar, a 35 años de prisión; a 15 años a otros militares, y absolviendo a algunos. Cabe destacar que esta sentencia a 35 años es la más alta que se haya aplicado a un general en la historia del Perú.
Este fallo es histórico por varios motivos. Es conocido que durante la dictadura el sistema judicial fue prácticamente secuestrado para servir al nefasto régimen que nos gobernó. Sabemos que muchas de las ramificaciones de este poder siguen todavía vigentes, y que la magistrada ha recibido presiones de diverso tipo. Que haya tenido el valor de emitir esta sentencia, reivindica a la judicatura y nos hace esperar mejores tiempos en ese Poder el Estado, tan venido a menos.
Luego de dieciséis años de la matanza de un profesor y varios estudiantes de la Universidad La Cantuta, la justicia emitió un fallo condenando al entonces Jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) Julio Salazar, a 35 años de prisión; a 15 años a otros militares, y absolviendo a algunos. Cabe destacar que esta sentencia a 35 años es la más alta que se haya aplicado a un general en la historia del Perú.
Este fallo es histórico por varios motivos. Es conocido que durante la dictadura el sistema judicial fue prácticamente secuestrado para servir al nefasto régimen que nos gobernó. Sabemos que muchas de las ramificaciones de este poder siguen todavía vigentes, y que la magistrada ha recibido presiones de diverso tipo. Que haya tenido el valor de emitir esta sentencia, reivindica a la judicatura y nos hace esperar mejores tiempos en ese Poder el Estado, tan venido a menos.
Es histórico también porque en estos momentos se está juzgando a Fujimori por ese delito (y otros más) y el fallo sienta lo que en el derecho se llama jurisprudencia. El fallo indica que el llamado grupo Colina no fue iniciativa de un grupo de alocados, o un “exceso” en la lucha contra Sendero. Señala con claridad que el grupo Colina era un destacamento creado dentro de la estructura del ejército, que su objetivo era eliminar personas como parte de una estrategia antisubversiva, y que Fujimori recibía los informes sobre dicho destacamento de manos del General Salazar, Jefe del SIN.
Debemos respaldar a los buenos militares, quienes arriesgaron sus vidas y muchas veces se inmolaron por defender al Perú y a sus ciudadanos. Pero asimismo es necesario rechazar a quienes desde el poder pusieron la Fuerza Armada al servicio de sus intereses personales, corrompiendo la moral y los procedimientos que debe tener una institución tan importante para servir a su pueblo. En esa medida, esta sentencia también es positiva, pues ayuda a generar las condiciones para que sean los militares limpios y profesionales quienes dirijan su institución.
Juan Borea Odría
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