viernes, 4 de abril de 2008


"AL MAESTRO CON CARIÑO"

El artículo preparado para el día de hoy será publicado recién el próximo viernes por un gran motivo: el artículo que publicó ayer Juanito Borea. Es cierto lo que él afirma en lo referente al sentido que podemos darle a nuestras vidas y ponerle la más grande fuerza y compromiso para no perder el paso o cambiar nuestro rumbo.
El artículo de hoy, motivado justamente por lo que leí el día de ayer, plantea hoy el manifestar en las próximas líneas, la historia de una persona al cual un gran número de nosotros conoció y que marcó porque no decirlo nuestras vidas, esta es la historia del profesor Luis Enríquez Nuñez.

Fuí a visitarlo y lo encontré como siempre sentado al fondo y a la izquierda de su peluquería que tiene ubicada casi a la entrada de la avenida San Juan y que funciona desde hace años. Estaba contando los tickets de atención y poniendo las cosas en orden. Sentí en el abrazo de saludo, la alegría de verme y la emoción en su mirar. Bastante bien conservado para los casi 77 años a cuestas, con muchas ganas de conversar y preguntar por mi familia y por sus alumnos de toda la vida. Los que fuimos sus alumnos a comienzos de los 70's sabemos de lo entregado que era para la enseñanza. Tenía un método muy ortodoxo que nunca era bien visto por sus colegas, pero que al final dió sus frutos y no se arrepiente de nada de lo que hizo en pro de sus alumnos.

Enríquez Nuñez nace en Azángaro, bella provincia del departamento de Puno, muy cerca de Juliaca, un 9 de mayo de 1931. Su madre también profesora siempre fue ejemplo para él, era modelo de entrega con sus alumnos. Luis desde muy niño era muy estudioso (casi chancón empedernido) y tenía simpre en la mente no ser un mediocre, hacer las cosas bien era su meta.

Él recuerda muy emocionado un episodio que marcó su vida. Resulta que era brigadier de su aula, un profesor no había asistido a dictar clases por encontarrse enfermo, su tutor lo envía a poner orden en el salón de clases. Sus ganas de enseñar pudieron más y tiza en mano empezó a impartir clase, la que correspondía a ese día era la suma de fracciones (su pasión en las matemáticas) Lo hizo tan bien que inclusive dejó tarea para la casa, desempeñándose a la altura de un profesor de verdad con tan solo 1o años de edad y dando cátedra a sus iguales que aprendieron "de pe a pa" la lección, como bien nos dice. Cuando regresó el profesor ausente al día siguiente, le confesó que para él le resultaba muy dificil el poderles hacer comprender ese capítulo a sus alumnos. Nunca se olvidará las palabras de aquel maestro: "Enríquez, lo que haz hecho demuestra que tu haz nacido para enseñar...serás un buen profesor".

El profesor Enríquez siguió también estudios universitarios de Ciencias Económicas y Ciencias Políticas en Puno y Cuzco respectivamente. No llegó a terminarlas porque lo que lo apasionaba más era el Magisterio. Siempre ha tenido en mente la superación y el culturizarse. Nunca quizó estar ausente en las actividades que se realizaban durante su internado escolar en San Carlos, allá en su tierra. La hizo de cantante, practicó danza, pintura, teatro, oratoria y sobretodo nunca dejó de practicar el deporte, destacando como futbolista de la normal donde estudiaba.

Él sabe que todos los años dejados en nosotros no han sido en vano. Para alguién que ama su profesión, el recibir la visita de un exalumno significa mucho. Uno se da cuenta por el apasionamiento que despliega en cada frase que suelta al aire. Por si lo recuerdan, él fue uno de los pocos profesores primarios que desarrolló actividades muy integrales que contemplaban muchos aspectos de nuestra formación. Tres años se necesitaron para llegar a su objetivo. Inclusive recuerda que la Teoría de los Conjuntos - que el Hno. Pedro Badoza nos enseñó en 1º de secundaria- ya la conocíamos un año antes. Mucho se refiere al libro de matemáticas argentino que hizo comprar y que fue un gran esfuerzo para los padres de familia ya que era costoso. Se fomentó el trabajo grupal, las cualidades artísticas de cada uno eran básicas para poder desenvolvernos en el futuro y no se equivocó.

Cuando le pregunté sobre la evaluación de los profesores para obtener sus nombramientos, le pareció formidable. Dijo que era la única forma que la calidad del maestro nuevamente sea la de antes. Que la carrera del Magisterio dependía de los docentes comprometido con su vocación y mística para hacer su trabajo de la mejor forma. "El que se mete para ser profesor, es porque le gusta y por lo que le apasiona, no por dinero.." fue lo que enfatizó. Me dijo también que justo lo que se está haciendo para mejorar la carrera magisterial, él lo había ya desarrollado en su tesis para graduarse de profesor. Justamente planteaba la necesidad que exista un control, supervisión y evaluación de los docentes para que la educación no se venga a menos como ahora.

En otro pasaje de la agradable conversación salió a relucir que se sentía más cómodo cuando enseñaba sólo a varones. "Es más fácil, más efectivo. Los alumnos se concentran más y por lo tanto aprenden más. En el aspecto académico es un gol de media cancha. El problema es que no saben los chicos comportarse en la sociedad, no conocen realmente a la mujer y después cometen muchos errores ya de grandes..." fueron sus palabras contundentes.

Recuerda que tenía algunas diferencias en los métodos de enseñanza con algunos colegas del Maristas. Recuerda que Felix Sumari le hacía muchas observaciones de como se desenvolvía él con nosotros. Según Enríquez, la metodología de Felix no era integral, "él (Sumari) solo se preocupaba por Historia y Geografía y ahí quedaba todo...no sabía si el alumno había o no desayunado ese día o no. El profesor debe conocer al alumno integralmente, debe meterse en su mundo, estar a su nivel pero dando respeto. Nunca lo debe intimidar y sobretodo disfrutar de los errores. Un profesor fracasa cuando al realizar una evaluación, más del 80% de sus alumnos desaprueba" En otro aspecto de su conversación hace referencia a aquellos recuerdos sobre nosotros. "Tus cuadernos llenos de orden e ilustrados, tus dotes para el canto, danza y pintura. El caballo loco de Orderique y sus 100 metros planos. El primero de la lista, ese chico Alfaro que tenía dificultades en el hablar y que yo hacía denodados esfuerzos a punta de patadas para sacarlo de ese estado. La abuela de Palomino que no sabía qué hacer con tantos libros y colecciones que le hacía comprar Walter. Los equipos de fulbito que armábamos: Los tigres y Las Estrellas, nadie hasta ese entonces había realizado un campeonato en el colegio; nosotros lo hicimos. Tu sabes que las cosas salían de la espontaneidad. No había horarios. Como yo enseñaba todos los cursos (a veces hasta educación física e inglés) si teníamos ganas de jugar basquet lo hacíamos y si era momento de hablar sobre sexo o salud, lo hacíamos nomás y punto..."

El tiempo pasaba y no daba ganas de moverme de mi asiento. La despedida fue muy emotiva y me dió la impresión que con su mirada me decía que volviera siempre, que sus alumnos vayan a verlo, que cursen algunas palabras con él, creo que es más que suficiente. Para un profesor que encontró un gran sentido a su vida, que invirtió los mejores años de su vida en involucrarse en la formación de hombres de bién, es muy significativo el recibir de vez en cuando un "Gracias querido profesor"


Paco Cárdenas Linares

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