
VALLEJO ¡VIVE!
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
a soledad, la lluvia, los caminos…”
Fue un 15 de abril de 1938 cuando su agotado cuerpo no aguantó más y nos dejó César Abraham Vallejo Mendoza, uno de los pocos que supo transfigurar la esencia humana en poesía y en acción militante contra las cadenas que atan a la humanidad; cuando escribió su poema “Piedra negra sobre piedra blanca” parecía una premonición de su final, acertó el lugar, París y también la tarde de aguacero pero falló en el día ya que ese 15 de abril fue viernes y erró también en predecir su muerte ya que seres humanos como él solo pueden morir para seguir viviendo.

Alguien tan sensible como era el sacerdote católico norteamericano Thomas Merton se refirió a Vallejo como "El más grande poeta universal después de Dante Alighieri ", su poesía es de la mejor calidad en contenido y forma pero su acción y entrega fue aún mayor que arreglar mundos en versos de papel, él eligió una trinchera material en la guerra civil española de 1936 al lado de los antifascistas y su alma sufrió la mas dura agonía ante la caída de la España Republicana y la instauración de la larga noche fascista de Franco y que plasmó en los versos más intensos y profundos que se hayan escrito: “España, aparta de mi este cáliz”. En el caso de Vallejo podemos decir que “…el cadáver ¡hay!, siguió viviendo”.
“EL MOMENTO MÁS GRAVE DE LA VIDA"
—El momento más grave de mi vida estuvo en la batalla del Marne cuando fui herido en el pecho.
Otro hombre dijo:
—El momento más grave de mi vida, ocurrió en un maremoto de Yokohama, del cual salvé milagrosamente, refugiado bajo el alero de una tienda de lacas.
Y otro hombre dijo:
—El momento más grave de mi vida acontece cuando duermo de día.
Y otro dijo:
—El momento más grave de mi vida ha estado en mi mayor soledad.
Y otro dijo:
—El momento más grave de mi vida fue mi prisión en una cárcel del Perú.
Y otro dijo:
—El momento más grave de mi vida es el haber sorprendido de perfil a mi padre.
Y el ultimo hombre dijo:
—El momento más grave de mi vida no ha llegado todavía.”
Mario Domínguez Olaya
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