SISTEMA, NEGOCIOS Y “DÍA DE LA MADRE”
Es curioso como la formalidad sistémica lucha por tomar prisioneros al espíritu libre, al mundo de los afectos y de las sensibilidades puras. El sistema formaliza y declara hostil todo resquicio de diversidad, de pluralidad, de sensibilidad natural. Pugna por “artificializar” lo que el crítico alemán Jurgen Habermas llama como el mundo de la vida; se esfuerza por “artificializar” el amor. Los calendarios, los medios de comunicación de masas, el mercado libre y sus estrategias de marketing se convierten en mecanismos ideales para ello.
Esto sucede, también, con el denominado “día de la madre”. Desde semanas previas las estrategias de muchos negocios giran hacia esa fecha con bombardeos publicitarios, tratando de persuadirnos de que no hay “homenaje” sino hay de por medio el correspondiente “amor cosificado” (léase regalo que, mientras más caro sea, mejor será). La televisión juega su rol de comparsa, alimentando la conciencia consumista con relación a una curiosa idea de “madre”, donde ésta última pasa a ser, en realidad, el medio y no el fin, al interior de la puesta en escena de una impertérrita y desvergonzada razón instrumental. La lógica crematística de los grandes negocios (y también de los no tan grandes) se propone rodear y devorar los calendarios en el segundo Domingo de Mayo, junto con las conciencias y los bolsillos de la gente.
Esto sucede, también, con el denominado “día de la madre”. Desde semanas previas las estrategias de muchos negocios giran hacia esa fecha con bombardeos publicitarios, tratando de persuadirnos de que no hay “homenaje” sino hay de por medio el correspondiente “amor cosificado” (léase regalo que, mientras más caro sea, mejor será). La televisión juega su rol de comparsa, alimentando la conciencia consumista con relación a una curiosa idea de “madre”, donde ésta última pasa a ser, en realidad, el medio y no el fin, al interior de la puesta en escena de una impertérrita y desvergonzada razón instrumental. La lógica crematística de los grandes negocios (y también de los no tan grandes) se propone rodear y devorar los calendarios en el segundo Domingo de Mayo, junto con las conciencias y los bolsillos de la gente.
Bajo el panorama descrito vale preguntarse si ¿la renovación del amor a la madre debería quedar circunscrita a la formalidad de una fecha en el año? ¿No debiera ser, acaso, un permanente reinvento cotidiano, incluso aún si es que se careciese de la proximidad física materna?. Asimismo ¿debemos aceptar, así por así, cual si fuera un destino prescrito, el que la lógica de la economía (en este caso, de la economía de mercado) “artificialice” nuestras ganar de amar como se debe amar?.
El tiempo de la madre no es el tiempo de escaparates ni de solo un domingo de Mayo . El tiempo de la madre –en lo personal lo siento así, pasados ya 22 años del fallecimiento de la mía- es tiempo diario, vivo y renovable, es tiempo compañero que ha de aliviar nuestros andares hasta cuando nuestra última pulsación de vida se abra paso para hacerse sentir en el planeta Tierra.
A continuación, transcribo un poema de nuestro gran vate nacional Juan Gonzalo Rose, donde los conceptos de madre y religión se entretejen bellamente. Los comentarios sobran, la ternura y verdad de sus versos lo dicen todo.
LA PREGUNTA
Mi madre me decía:
si matas a pedradas los pajaritos blancos,
Dios te va a castigar;
si pegas a tu amigo,
el de carita de asno,Dios te va a castigar.
si matas a pedradas los pajaritos blancos,
Dios te va a castigar;
si pegas a tu amigo,
el de carita de asno,Dios te va a castigar.
Era el signo de Dios
de dos palitos,
y sus diez teologales mandamientos
cabían en mi manocomo diez dedos más.
de dos palitos,
y sus diez teologales mandamientos
cabían en mi manocomo diez dedos más.
Hoy me dicen:
si no amas la guerra,
si no matas diariamente una paloma,
Dios te castigará;
si no pegas al negro,
si no odias al rojo,
Dios te castigará;
si al pobre das ideas
en vez de darle un beso,
si le hablas de justicia
en vez de caridad,
Dios te castigará
si no amas la guerra,
si no matas diariamente una paloma,
Dios te castigará;
si no pegas al negro,
si no odias al rojo,
Dios te castigará;
si al pobre das ideas
en vez de darle un beso,
si le hablas de justicia
en vez de caridad,
Dios te castigará
Dios te castigará.
No es este nuestro Dios, ¿verdad, mamá?
Juan Gonzalo Rose
Que mañana y los siguientes días sean buen tiempo para vivir (especialmente, para todas las mamás de ayer, hoy y siempre)
Daniel Zevallos Chávez
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