sábado, 1 de marzo de 2008


“MI AMIGUITA LA PUTA”

Somos los mismos de hace tres décadas solo que diferentes, o si prefieren, ya no somos los mismos pero estamos iguales como hace treinta años; y es que la dialéctica dejó de ser una entelequia para cobrar vida la mañana del domingo 24 de febrero, para mi en particular fue motivo de gran emoción estar ahí nuevamente con Juanito Borea y Pablito Duque y si bien algunas canas nos recuerdan los años vividos y por vivir, parecía que al día siguiente nuevamente volveríamos a clases.

Varios pasajes de nuestro paso por el colegio se agolpan en mi memoria, trataré de desenredar el ovillo y algunos de ellos irán apareciendo, al menos los mas significativos.


Uno de estos recuerdos, quizás el más imborrable, es aquella clase de OBE cuando Juanito nos habló muy serio y circunspecto de su “amiguita la puta” y todo empezó cuando hizo la siguiente reflexión: “realmente es muy triste ser un hijo de puta” y comenzó a contar como su amiguita era explotada por el caficho, humillada por los clientes y como ni ella misma sabía a quien se le había roto el condón y la había embarazado, etc.; pero dentro de todo lo impactante e quizás hilarante que resultó el tema, Juanito nos estaba dando una gran lección no solo sobre la forma desprejuiciada de abordar ciertos asuntos considerados “tabú” sino del contenido humano de los mismos y es que si el gran GABO ha hecho un libro titulado “Memorias de mis putas tristes” por qué Juanito no podía hablar de su “amiguita la puta”.


Las reacciones fueron variadas, creo que Julian Antezana se tapo una oreja para poder escuchar disimuladamente por la otra y hasta Carlitos Martínez dio señas de que estaba vivo, el “Maestro” Santillán daba su aprobación con una sonrisa nerviosa y hasta el “Loco” Solórzano se salió de cuadro y se puso serio mientras yo dejé de fastidiar al “Tata” Alfaro para poner atención a los grandes acontecimientos que estaban por venir.

Y es que esta clase nos enseñó más de lo que esperábamos a los 15 ó 16 años; por ejemplo en el orden semántico comprendimos que una misma palabra puede tener varios contenidos según la forma como se use y la palabra puta pude ser utilizada como interjección, adjetivo, sustantivo y hasta como verbo si se quiere utilizar su derivado putear; pero lo mas importante, mas allá si la famosa amiguita era parte o no del imaginario de Juanito.

Fue que por primera vez nos presentó a la puta como ser humano al margen de la idea cosificada que de ellas teníamos, que tras aquella transacción económica por unas cuantas caricias había toda una historia nada agradable de necesidad, de tristeza, de explotación y humillación; nos presentó a Tánatos degollando a Eros, cosa que ni Freud habría hecho mejor; vimos a la mujer que no nace puta sino que se hace puta apelando al último recurso de sobrevivencia y nos mostró al hijo que sabrá quien es la madre pero nunca quien es el padre como diría Engels al referirse al matrimonio en grupo en la época de la barbarie.

Aquel día, sonrisas aparte, estoy seguro que cada uno de nosotros nos hicimos más humanos.


Mario Domínguez Olaya

1 comentario:

NO TE OLVIDES DE DEJAR TU COMENTARIO